domingo, 30 de noviembre de 2008

Dejo al becario al cargo

Mañana lunes salgo para Amposta (creo que en catalán se escribe L’Amposta, sino es así siento la metedura de pata pero lo importante es participar), en Tarragona. No sé si tendré conexión a internet o no, así que mismo nos pasamos una semana sin vernos. Eso sí, puedo prometer y prometo que trataré de culminar mi misión de conocer lo que esconde el pueblo de L’Ampollá (este si está bien escrito). 

Este fin de semana he tratado de enseñar a Pepe (Zuro como lo conocen en otros foros) los secretos de la blogosfera para que actualice y conteste a los comentarios, aunque no prometo nada porque se ha pasado el tiempo buscando entradas para el teatro y vuelos baratos a Nueva York.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Mi vida como cantante


Ayer no solamente estuve largando mocos a diestro y siniestro, por la noche y tras dos pastillas y rollo y medio de papel higiénico gastados en sonarme, fui a un concierto de Revolver. Nunca había estado en uno suyo y tenía muchas ganas de verlo en directo.

El concierto estuvo muy bien, salvo que se escuchaba fatal. Estábamos sentados arriba del todo, justo al lado de San Pedro (de hecho me comí sus palomitas y me bebí su fanta), y apenas se oía, se ve que los pobres no tenemos derecho a escuchar.

Estando en el concierto me imaginé lo buena que tiene que ser la vida de un cantante, todo el día con la guitarra, cantando, conociendo gente, con el reconocimiento del público. Me quise ver como cantante, pero concluí que no podía ser, que no había nacido para eso.

Para empezar, yo no podría salir con una chupa de cuero a cantar con el calor dan los focos, iría con una camiseta de Suministros Leptis o la que vendía para sacar dinero para el viaje de 3º de BUP. Esta vestimenta me causaría muchos problemas: el público esperando, jaleando mi nombre y yo a punto de salir y mi mujer por detrás: “así no sales, o te cambias o no cantas”. A tomar por culo la creatividad y el estilo underground.

Cuando fuese por la tercera o cuarta canción pararía y diría:

Yo: ¿Quién se echa un cigarrito conmigo? Que en todos los trabajos se fuma.
Músicos: Pero Pablo, ¿cómo vas a dejar a todo el mundo aquí plantado?
Yo: Pues que se vengan, cojones!!
Músicos: Los hay que no fuman...
Yo: Coño, que se tomen una coca cola, es que tengo que estar en todo????

A la vuelta del cigarro y antes de empezar con un nuevo tema hablaría con el público:

Yo: A ver, a ver, el calvo ese de la segunda fila, ¿te puedo hacer una pregunta?
Calvo Sorprendido: Claro, claro…
Yo: Cuando tú tenías mi edad, ¿cuánto pelo tenías? Es que ya a mí se me ve el punto de penalti y para hacerme una idea de qué tiempo me queda para seguir teniendo flequillo.
Calvo: Pregúntale a tu puta madre!!!!
Yo: No si ya se te veía cara de calvo cabrón…

Los finales siempre serían iguales, entraría en el backstage y el público gritaría para escuchar más canciones:

Público: Otra, otra, ooootra, oootra!!!!
Yo: Voy!
Público: Oooootra, oooootra, ooootra, oootra!!!!
Yo: que ya voy hombreeee!!!
Músicos: Pero Pablo, sales o no que la gente está esperando???
Yo: Quillo, po ve saliendo tú que es que estoy meando!!!!
Músicos: joder Pablo, siempre igual, que ahora salimos y la gente lo que quiere es que cantes tú y entre que echas la meaita y te cargas un cigarro nosotros aguantando el tipo…

Saldría al escenario abrochándome la bragueta al tiempo que saludo al respetable y me cago en la madre de la banda.

Otro de los grandes problemas es que todos los músicos tienen nombres raros, ¿alguien ha visto alguna vez a un tío tocando la batería que se llama José María? No, todos se llaman Cuco, Pitu, Chuchi, etc.. Entonces si mis músicos vienen con el nombre ya puesto pues no hay problema, pero si los tengo que poner yo ya se liaría la cosa:

- A la batería ¡¡¡¡el trípode!!!! Un hombre que cuando nació la palmada en el culo se la tuvieron que dar al médico para que se recuperara del susto de ver semejante cacharro.

- Al bajo tenemos al ¡¡¡¡gigante verde!!!! No es que sea muy grande ni de color verde, pero caga como las cabras: guisantes.

- A la guitarra eléctrica ¡¡¡¡el ipod!!!! Le encargues lo que le encargues te responde ¿y pod qué yo, no puede id otdo?.

- Por último decir que me hubiese gustado tener una banda con dos tíos menos que la filarmónica de Londres, pero mi imaginación no da para tantos motes.

Económicamente hablando no sería factible, acabaría en la más de las absolutas de las ruinas, y no porque me lo fuese a gastar en juergas, mujeres y drogas sino porque bajaría el precio de las entradas para que todo el que quisiese pudiese ir, invitaría a refrescos al público por estar allí de pie, cantaría hasta que no quedase nadie para no decepcionar al público, mis conciertos serían interminables porque me pararía a hablar con todo el mundo, diría que se descargasen la música de internet para darle por culo a los de la SGAE, etc.

En fin que menos mal que el único parecido que tengo con Beethoven es que soy sordo, pero hasta en eso me gana el tío, porque yo sólo lo soy de un oído y el de los dos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Llamamiento general, juntos lo podemos conseguir


Me gustaría usar este blog para hacer un llamamiento a la Comunidad de Madrid en general y a los usuarios de cercanías en particular. Sé que este blog no lo lee mucha gente y, para colmo, la mayoría de los lectores no usan el tren, pero nunca hay que rendirse.

Esta mañana al poco de montarme en el tren empecé a moquear y no tenía con qué limpiarme bueno, con la corbata, pero luego mi mujer se enfada. Así que deseché la idea.
Alimenté la esperanza de que se sentase cerca una muchacha de las que imitan al tío del saco, con esos bolsos enormes que llevan (quisiera recomendarles que mejor usen una samsonite con ruedas que, a la larga, la espalda da la cara) para pedirle un pañuelo de papel. Pero no hubo suerte, sólo se sentaban a mi lado tíos, y por todos es sabido que un hombre no lleva pañuelos salvo que esté resfriado, en caso contrario yo no estaría escribiendo este post porque hubiese podido arreglar la situación.

Al ver mi entorno tan lúgubre, puse mis esperanzas en una máquina expendedora que hay en la salida de Atocha, justo antes de llegar a los tornos, en la que hay cosas que te pueden sacar del apuro. Pero Atocha estaba a media hora y a mi nariz estaba haciendo una recreación del milagro de los panes y los peces pero en mocos.

Cuando el tren llegó a la estación, me bajé corriendo, subí las escaleras de dos en dos y me dirigí a la máquina buscando monedas en el bolsillo para sacar los pañuelos. Nunca llevo dinero suelto porque lo dejo en la oficina para la máquina de café, pero hoy llevaba 50 céntimos y pensé que era una señal divina, mi limpieza estaba más cerca.

Mi sorpresa fue que al llegar a la máquina había dos estanterías con condones, gel lubricante, anillo vibrador y un tensiómetro. Más abajo había chicles, compresas, tampones y caramelos.

Yo entiendo que la vida es sueño y los sueños, sueños son, pero es más normal que se cumpla la profecía de que se te caigan los mocos en el tren a que se organice una orgía improvisada en los vagones del tren.

No es mi intención criticar a los trabajadores que aprovisionan estas máquinas expendedoras, igual ellos eligen estos productos para que sea más llevadera esta situación de crisis, pero podían pensar en poner unos pañuelillos, aunque sea para limpiarte el gel lubricante, que luego quieres mear y no tienes pelotas de agarrar el cacharro y aquello es una manguera descontrolada.

También he pensado que sea una estrategia del Metro de Madrid con la campaña de “el metro vuela”, y no es que vuele, es que los usuarios van empujando al usar los artículos de la máquina.
Bueno, si alguien responsable de estas máquinas lee este post, por favor, que ponga pañuelos en la máquina, porque ya me veo sacando el tensiómetro para sonarme con las instrucciones.

PD. Los que no sois de Madrid no vengáis con la falsa esperanza de que los túneles del Metro son los túneles del amor porque no es así. Paso mucho tiempo al día en usando el transporte público y nunca he visto a nadie usando el gel lubricante ni el tensiómetro.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Otros usos para el calcetín (no recomendables)


Estaba hace un rato en una cola para comer y he leído en el periódico del que estaba delante de mí que hoy es el cumpleaños de Calvin Klein. Creo que este diseñador hace ropa interior, entre otras cosas, y me ha venido a la cabeza el post de Nuria en el que pedía el deseo de que un hombre en calzoncillos le preparase el desayuno y que Novicia la alentó a que fuese uno que usara la marca de D&G, que siempre quedan muy bien.

Como mis calzoncillos no son de D&G, tal y como conté un post anterior, y tampoco me fijo en los hombres y menos en sus bajos comerciales, dudé que a todos les quedasen bien y que más de uno tendría que rellenar el vacío con un calcetín.

Esta prenda ha servido y sirve para ambos sexos, ellas rellenan sus sujetador y ellos (no digo nosotros porque nunca lo he hecho) para el paquetillo (si fuese paquete no haría falta relleno). La diferencia es que las mujeres no van sacando la teta continuamente, por lo que el calcetín tan sólo sirve para alegrar la vista.

Pero el machote portador de la prenda sí que tiene que sacar su instrumento varias veces para otros menesteres diferentes a los que le ha llevado a usar el relleno. Es decir, que o mea o revienta.

Ahí es cuando llega lo verdaderamente dificultoso del asunto, porque cuando lo saca ¿dónde lo mete? En el bolsillo no le cabe. Un hortera así va con la ropa toda ajustada, una camiseta marcando pezones y los pantalones que puedes encender una cerilla en ellos. Así que, no le queda más remedio que meterse el calcetín en la boca mientras con las manos se aguanta el aparato y se despega los pantalones que no le dejan ninguna libertad de movimiento.

Por todos es sabido que por mucho que menees el organillo la última gota siempre cae en los calzoncillos, con la única excepción de que si llevas otra prenda entre el organillo y el calzoncillo, quedará en ésta. En nuestro caso, en el calcetín.

El típico macho que ha entrado en la discoteca marcando pezones, con un bulto en el pantalón gracias a Nike (“Just do it” que le dirá el hortera a las gachís) y que levanta el brazo hacia un grupo de bailarinas de la noche mientras dice: “daos toas por follás”, entra en la pista después de venir del servicio donde se comido un calcetín con olor a nabo y que ha recibido tantas lluvias doradas como veces ha ido al servicio. Es decir, se ha hecho un auto felación y ha llegado con toda la boca llena de pelotillas blancas y no ha sentido nada.

Si al final de la noche el calcetín da sus frutos y cae alguna vale (la explicación de por qué desnudo tiene el bulto más pequeño que vestido que la de él), pero si no, llega a casa cansado, con menos dinero, resaca del garrafón y con la boca oliendo a urinario de bingo.

Y yo me pregunto que si llegados a este punto no conviene quedarse una noche de sábado en casa metido en internet buscando el sex shop que vendan la muñeca hinchable con mayor relación calidad-precio.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Actualización, en parte...

Me voy mañana a Barcelona, estaré allí dos días y hasta arriba de trabajo, no he podido actualizar antes ni puedo hacerlo ahora de forma decente, porque no tengo un solo minuto libre.

Son las nueve de la noche y aun estoy en la oficina, saldré dentro de un rato y me queda más de una hora para llegar a casa y mañana salgo temprano.

Quería hacer un post hablando de una compañera, que ya es amiga, a la que quería dar la enhorabuena porque la han ascendido, cosa de la que me alegro enormemente, no sólo porque por fin voy a tener una jefa que sabe lo que es el jabón, sino porque se lo merece y se lo ha ganado a pulso.

Además, este ascenso, en parte, me acalla el cargo de conciencia que tengo porque no le impedí entrar en la empresa. Ya contaré esta historia en el próximo post.

Enhorabuena Estheroide!!!!!
PD. Muchas gracias Novicia por darme ese cariño virtual.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Misión cumplida Merce!


He sido tageado por Merce, no me podía haber abducido un ovni y que me hubiesen dado de comer hasta reventar, no, me tenían que tagear que no sé qué coño es eso. Aunque hubiese preferido la nave especial llena de ricos y abundantes alimentos que no engordan, porque para eso son extraterrestres, con un bufet de helados y sirope, que a medida que comes te entra más hambre y desaparecen los michelines; me ha encantado que la gran Merce se haya acordado de mí, así que muy obediente yo, voy a cumplir con mi tageo.

El tageo en sí mismo consiste en decir siete cosas sobre mí (con más de dos me arriesgo a perder lectores) y luego tengo que tagear a siete personas. Este es el verdadero problema, tras resolver la cuestión de mis siete cosas, que no tengo a siete a quien largarles el tageo, ya que la mayoría ya han sido tageados por Merce. Pero bueno, como esto no es una cadena del tipo: “si no lo envías tu familia morirá en los siguientes diez minutos, quebrando así los del seguro de los muertos, se te caerá la picha a trozos y hormigas carnívoras se los comerán creando una nueva especie de hormigas “dotadas”. Tu mujer se transformará en Ana Botella y te rayará el parqué cada vez que se ría”, pues no tageo nada más que a tres.

Las reglas son estas, por si hay alguien de Burgos, vienen en inglés:

a) Link to your tagger and list these rules on your blog. Faria, owner of the blog "Desde el rincón", was my tagger.
b) Share 7 facts about yourself on your blog - some random, some weird.
c) Tag 7 people at the end of your post by leaving their names as well as links to their blog.
d) Let them know they have been tagged by leaving a comment on their blog.
e) If you don’t have 7 blog friends, or if someone else already took dibs, then tag some unsuspecting strangers.

Mis confesiones:

- Siempre tengo en casa un montón de botes de pasta de dientes y de desodorante, por si se acaban. Como mi mujer me echa la bronca, ya no compro tanto como antes, de todas formas siempre tengo repuesto para dos meses.

- Me ducho con pastilla de jabón del que hace mi madre y mi línea de higiene es la marca blanca del Mercadona, como podréis observar soy todo un metrosexual…

- Tomo de cinco a seis cafés al día, lo que pasa es que la mayoría son de máquina y se hacen con cagarrutillas de cabra, así que no me afecta a la tensión, para la cual me tomo media pastilla al día.

- Por el oído derecho apenas escucho, así que cuando estoy con alguien lo tengo que sentar a mi izquierda, porque el otro es mi ángulo muerto.

- Me encanta fumar y no me gustaría dejarlo nunca, es más una tradición familiar que un vicio. Fumaba mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre, yo...

- Me gusta aprovechar el día más que la noche, me suelo levantar antes de las ocho y media o nueve los fines de semana y me quedo esperando a que mi mujer se levante intentando no hacer ruido, aunque no siempre lo consigo…

- Hace tres semanas me regalaron un globo y me paso el día con él y mi mujer gritándome porque le doy a la cortina con el globo y con el pié.

Mis tageos son, en riguroso orden alfabético, tanto monta, monta tanto:

º Chipsonia: Mi cachito de intenné
º Fran: Adjetivos para una chica
º Supersoto: ¡Quién sabe nadieeeeee!

Bueno, señoras y señoritas, esto es lo que hay, así que ya sabéis si queréis, a contar intimidades.


PD. La foto no tiene nada que ver, pero es muy graciosa y hay que reciclar.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Semana de conspiraciones

Esta semana he estado fuera, en la provincia de Tarragona, no es que no quiera decir dónde he estado, sino que no lo sé, porque era una empresa en mitad de una carretera y rodeada de arroceras. Dormía en L´Ampolla, que hasta el segundo día no fui capaz de aprenderme el nombre, lo único que sabía era que rimaba con “po” y lo que sigue.

Llegué el lunes con muchísimo sueño y un cabreo impresionante, mucho sueño porque tuve que salir de casa muy temprano para estar en Barcelona a las ocho de la mañana y cabreado porque pedí que me pagasen un hotel el domingo por la noche para no tener que pegarme semejante madrugón y me dijeron que no, que me jodiese pero que ellos no se gastaban 60 € en una noche de hotel (la cantidad que se le cobra al cliente tiene seis dígitos). Pero bueno, no estoy aquí para hablar de lo guarra que es la madre del presidente de mi empresa, porque es conocido en todos los rincones del mundo.

Cuando llegamos a la empresa en cuestión, hicimos un desembarco digno de película de superhéroes o de los simpsons, seis abogados y dos consultores, todos bien trajeados, con las maletas de los ordenadores y, los abogados como son más pijas, con otra maleta más. Menos mal que una de las abogadas medía casi un metro ochenta, estaba bien servida de delantera y llevaba una minifalda que atraía las miradas de todo el mundo, así pude pasar desapercibido.

Pasamos por una puerta que tenía un cartel que decía “ESTIREU”, yo no sabía qué quería decir aquello, miraba y miraba tras el cristal y luego por los rincones y me preguntaba qué cuál sería el significado de aquella palabra. La sala parecía una oficina normal y corriente, seguro que tendría algún secreto y yo me había propuesto encontrarlo.

Cada vez que salía al baño o a fumar miraba y remiraba por todos sitios: al suelo por si había trampillas secretas, buscaba artilugios que abriesen las paredes a un pasadizo que conectase la empresa con la estación del AVE más cercana, los conductos del aire acondicionado que siempre dan mucho juego en las películas (pero sólo en las películas, a ver quien tiene cojones de meterse por el Split de mi casa) y no encontraba nada.

El miércoles vi otro cartel con la misma leyenda y volví a mirar a ver si tras esa puerta se escondía el tesoro. No vi nada, pero a mí que no se me escapa un detalle, no se me pasó por alto que la puerta abría en el mismo sentido que la de la “supuesta” oficina. Me empecé a plantear que “ESTIREU” significaba “TIRE” y supuse que habría otro cartel detrás que pondría “EMPUJE” aunque en catalán. Efectivamente así era, pero en vez de quedarme con cara de tonto, me convencí a mí mismo que lo mío era sacar deducciones y la observación del terreno.

Nada más llegar tuvimos una reunión con el director financiero de la empresa, el gerente llegó más tarde porque estaba enseñando las instalaciones a un grupo de niños, esta reunión me cabreó bastante por un lado y me relajó por el otro. Me relajó porque pasé del tema completamente y empecé escribir un post, que nunca publiqué, en una libreta, dándomela de interesante porque escribía mucho. Me cabreó porque sin que nadie preguntase nada, y a pesar de que las preguntas eran en español, el director financiero hablaba en catalán. Entiendo que ellos tengan su idioma y hablen en él, que lo defiendan y no quieran que se pierda, pero el lenguaje verbal se ha creado para que nos podamos entender y yo no me enteré de nada. No me vale eso de que les sale así, ya que hablaban en español y él contestaba en catalán y a mí no me salió levantarme y mear en la papelera, esperé a que acabase la reunión para ir al servicio. Pero bueno, como no me enteré de nada, luego me lo tendrá que repetir todo y en español, por lo que tendrá que hacer el trabajo dos veces.

El pueblo donde dormíamos era un pueblo fantasma, no había nadie por las calles, los edificios tenían las luces apagadas en todos o casi todos los pisos. El segundo día planteé la hipótesis de que era un escenario que habían creado para nosotros, que los edificios eran de cartón piedra y sólo tenían la fachada y el niño que veíamos cada vez que volvíamos de la empresa al hotel era un figurante que cuando nos veía pasar daba la orden de que pusiesen la maquinaria en marcha para que no descubriésemos que lo se escondía tras aquellas fachadas era un desierto dedicado a la fabricación ilegal de ceniceros y artículos de recuerdo para turistas. Los pocos coches que veíamos eran manejados por control remoto desde una ciudad situada 40 kilómetros.

Al plantear mi idea separaron sus sillas y me miraron con cara de pena, marcando, sin que se notase el 112 en sus móviles pero, a medida que pasaban los días, entendieron mi hipótesis y se barajó mi teoría de la conspiración.

Bueno, no voy a seguir escribiendo porque he contado dos tonterías y ya llevo casi dos páginas, cuando aprenda a resumir lo contaré todo…