El último post de Novicia Dalila trata de la gente que va en contracorriente, le he dejado un comentario diciendo que cuando vas en el sentido contrario al que marca la sociedad te suelen mirar mal y recibes críticas de todos lados, así que he decido contar como fue mi boda.
Cuando mi mujer y yo decidimos casarnos, teníamos claro que no queríamos una boda de alto postín, sino algo sencillo, que todo el mundo estuviese a gusto y lo pasase bien, pero sin “mariconadas”.
Así que pasamos de buscar salones de bodas con camareros vestidos de pajaritas donde te ponen de comer dos tonterías, sales muerto de hambre y sin saber qué has comido. Buscábamos un sitio que tuviese el máximo número de habitaciones porque todo el mundo tenía que dormir por allí. Encontramos el Centro de Turismo Rural San Roque en Piedralaves (Ávila) y nos gustó desde el primer momento, tanto por el paisaje como por el trato que recibimos del personal.
El menú era bien sencillo, de entrantes: jamón, queso, pisto manchego y patatas machaconas, de segundo un chuletón de Ávila con patatas y ensalada. En un principio el chuletón iba a ser de tres cuartos de kilo pero pensamos que iba a ser mucho y lo redujimos a medio kilo. El postre era arroz con leche y leche frita.
De entrantes se podía repetir hasta la saciedad, al igual que de chuletón, el objetivo era que nadie saliese con hambre de allí y creo que se cumplió.
Una de las primeras pegas que tuvimos por parte de las familias fue que quisimos que todo el mundo viniese en vaqueros y camiseta o con ropa informal, pero la gente protestó muchísimo porque no entendían cómo no iban a ir a una boda arreglados, de hecho algunos hombres vinieron con traje y corbata y otros con traje pero sin corbatas. Entiendo que en el mundo hay muchos borregos, pero si decimos que nadie lleve corbata, no hace falta ser un Premio Nobel para entenderlo.
Lo de que el sitio no fuera un salón de bodas tampoco le entraba mucho en la cabeza a la gente, sobre todo a los padres, a pesar de que era un sitio precioso y con mucho encanto.
“Mariconadas” lo que se dice “mariconadas” no hubo ni una, había platos distintos en las mesas, el del pisto tenía un borde azul que recordaba a la serie Cuéntame, las copas eran las típicas de las tabernas, el pan estaba cortado en unas bandejas de las tiendas de los chinos, las copas del cava eran distintas en cada mesa, incluso las habías de propaganda. Pero lo que estaba dentro de los platos estaba riquísimo, el vino era muy bueno y el cava también.
A media noche se pasaron unos canapés pero nada de bandejas, sino en la caja de cartón y no sobró ni uno a pesar de que la cena había sido bastante copiosa.
Había barra libre desde la noche del viernes hasta la madrugada del sábado, por lo que la gente estuvo bebiendo cervezas, cafés y copas desde la mañana del sábado hasta la madrugada del domingo.
Casi todo el mundo durmió allí, con la comodidad que eso suponía, cuando estabas cansado tan solo tenías que ir al pasillo donde estaba tu habitación y acostarte. Además en el centro solo estábamos nosotros, no había nadie extraño que nos pudiese cortar.
Organizar esta boda nos costó sudores y lágrimas porque todo lo teníamos que hacer nosotros, al no ser un sitio especializado en bodas muchos detalles estaban elaborados por nuestras manitas. Y encima, tener que aguantar la desconfianza de todo el mundo diciendo que eso ni era una boda ni nada y que iba a salir mal.
Al final nadie se quejó (al menos que sepamos nosotros), a todo el mundo le gustó mucho el sitio, la comida y se lo pasaron muy bien, pero trabajo nos costó.
En resumen, quisimos hacer una boda que se saliese de la tónica general y mucha gente protestó y lo veía raro, pero luego se dieron cuenta de que “otro mundo es posible”.
Como respuesta a tanta crítica decidí meterme, de forma muy sutil, con las “mariconadas” que se suelen ver por ahí y escribí el menú yo:
MENÚ
Entrantes:
Triángulos curados a base de esmero
y leche de oveja (Queso).
Lonchas de pecado Mahometano
(Jamón Serrano).
Puré picante espolvoreado con
pimientos rojos secos (Patatas
Machaconas).
Festín de verduras bañadas en jugo
de hortaliza roja (Pisto Manchego).
Plato Principal:
Delicia de vacuno acompañada con
guarnición de sol y campo (Chuletón
de Ávila con Patatas Fritas y
Ensalada).
Postre:
Arroz con caldo de leche (Arroz con
Leche).
Trocitos de cielo con canela (Leche frita)
También nombré las mesas, haciendo un homenaje a Cine de Barrio:
Torrente 2
El pequeño ruiseñor
Vente a Alemania, Pepe
La Lola se va a los puertos
Sor Citröen
No firmes más letras, cielo
Los bingueros
Cateto a babor
Las chicas de la Cruz Roja
Cuando mi mujer y yo decidimos casarnos, teníamos claro que no queríamos una boda de alto postín, sino algo sencillo, que todo el mundo estuviese a gusto y lo pasase bien, pero sin “mariconadas”.
Así que pasamos de buscar salones de bodas con camareros vestidos de pajaritas donde te ponen de comer dos tonterías, sales muerto de hambre y sin saber qué has comido. Buscábamos un sitio que tuviese el máximo número de habitaciones porque todo el mundo tenía que dormir por allí. Encontramos el Centro de Turismo Rural San Roque en Piedralaves (Ávila) y nos gustó desde el primer momento, tanto por el paisaje como por el trato que recibimos del personal.
El menú era bien sencillo, de entrantes: jamón, queso, pisto manchego y patatas machaconas, de segundo un chuletón de Ávila con patatas y ensalada. En un principio el chuletón iba a ser de tres cuartos de kilo pero pensamos que iba a ser mucho y lo redujimos a medio kilo. El postre era arroz con leche y leche frita.
De entrantes se podía repetir hasta la saciedad, al igual que de chuletón, el objetivo era que nadie saliese con hambre de allí y creo que se cumplió.
Una de las primeras pegas que tuvimos por parte de las familias fue que quisimos que todo el mundo viniese en vaqueros y camiseta o con ropa informal, pero la gente protestó muchísimo porque no entendían cómo no iban a ir a una boda arreglados, de hecho algunos hombres vinieron con traje y corbata y otros con traje pero sin corbatas. Entiendo que en el mundo hay muchos borregos, pero si decimos que nadie lleve corbata, no hace falta ser un Premio Nobel para entenderlo.
Lo de que el sitio no fuera un salón de bodas tampoco le entraba mucho en la cabeza a la gente, sobre todo a los padres, a pesar de que era un sitio precioso y con mucho encanto.
“Mariconadas” lo que se dice “mariconadas” no hubo ni una, había platos distintos en las mesas, el del pisto tenía un borde azul que recordaba a la serie Cuéntame, las copas eran las típicas de las tabernas, el pan estaba cortado en unas bandejas de las tiendas de los chinos, las copas del cava eran distintas en cada mesa, incluso las habías de propaganda. Pero lo que estaba dentro de los platos estaba riquísimo, el vino era muy bueno y el cava también.
A media noche se pasaron unos canapés pero nada de bandejas, sino en la caja de cartón y no sobró ni uno a pesar de que la cena había sido bastante copiosa.
Había barra libre desde la noche del viernes hasta la madrugada del sábado, por lo que la gente estuvo bebiendo cervezas, cafés y copas desde la mañana del sábado hasta la madrugada del domingo.
Casi todo el mundo durmió allí, con la comodidad que eso suponía, cuando estabas cansado tan solo tenías que ir al pasillo donde estaba tu habitación y acostarte. Además en el centro solo estábamos nosotros, no había nadie extraño que nos pudiese cortar.
Organizar esta boda nos costó sudores y lágrimas porque todo lo teníamos que hacer nosotros, al no ser un sitio especializado en bodas muchos detalles estaban elaborados por nuestras manitas. Y encima, tener que aguantar la desconfianza de todo el mundo diciendo que eso ni era una boda ni nada y que iba a salir mal.
Al final nadie se quejó (al menos que sepamos nosotros), a todo el mundo le gustó mucho el sitio, la comida y se lo pasaron muy bien, pero trabajo nos costó.
En resumen, quisimos hacer una boda que se saliese de la tónica general y mucha gente protestó y lo veía raro, pero luego se dieron cuenta de que “otro mundo es posible”.
Como respuesta a tanta crítica decidí meterme, de forma muy sutil, con las “mariconadas” que se suelen ver por ahí y escribí el menú yo:
MENÚ
Entrantes:
Triángulos curados a base de esmero
y leche de oveja (Queso).
Lonchas de pecado Mahometano
(Jamón Serrano).
Puré picante espolvoreado con
pimientos rojos secos (Patatas
Machaconas).
Festín de verduras bañadas en jugo
de hortaliza roja (Pisto Manchego).
Plato Principal:
Delicia de vacuno acompañada con
guarnición de sol y campo (Chuletón
de Ávila con Patatas Fritas y
Ensalada).
Postre:
Arroz con caldo de leche (Arroz con
Leche).
Trocitos de cielo con canela (Leche frita)
También nombré las mesas, haciendo un homenaje a Cine de Barrio:
Torrente 2
El pequeño ruiseñor
Vente a Alemania, Pepe
La Lola se va a los puertos
Sor Citröen
No firmes más letras, cielo
Los bingueros
Cateto a babor
Las chicas de la Cruz Roja